He elegido la sala común de mi residencia, en la que paso la mayoría del tiempo solo o con mis amigos. Es un espacio bastante agradable y espacioso, hay varios sillones y sofás en los que poder relajarse, hablar y jugar a las cartas. También tenemos un proyector en el que solemos proyectar películas los domingos.

Se puede escuchar el murmullo de los residentes hablando, la música ambiental que hay en la entrada o el ruido de los coches pasar por la calle. Normalmente a lo largo del día no suele haber gente aquí hasta que llega la noche porque bajamos a conversar y a hablar todos.

Además se aprecia un agradable olor a café, ya que hay una maquina de café y de vez en cuando baja alguien para hacerse un café o a rellenar su botella con agua fría.


Me encanta este lugar por la diversidad y versatilidad en la que lo habitamos, porque podemos bajar solos a trabajar, bajar con alguien más para comer algo o jugar a las cartas o bajar casi todos a disfrutar de una buena película como si estuviésemos en una sala de cine, por eso he elegido este lugar.

Me hace sentir a gusto lo práctico que es y la variedad de cosas que se pueden hacer, te puedes tumbar a descansar, te puedes sentar en la mesa a comer, te puedes sentar en un sillón con el ordenador o puedes ver una película en el proyector.

No me siento de esta forma en ningún otro lugar, me encanta vivir en una residencia con otros estudiantes porque conoces a gente nueva y de lugares muy distintos, y en este lugar es donde nos conocemos cambiamos ideas y nos lo pasamos bien.

Claro que las condiciones del espacio influyen en los ocupantes, si no hubiese ningún mueble para sentarse o una maquina de café, muy seguramente no se originaria ese buen ambiente que hay y no pasaríamos tanto tiempo en esta sala, por eso no me cambiaria nada ya que me siento muy cómodo en este entorno.